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viernes, 11 de mayo de 2012

El Castillo, centro de la vida Feudal


Castillo Feudal

El Castillo del señor feudal era una fortaleza. En tiempos de paz era el centro de operaciones del señor y de la gente que éste gobernaba. En tiempos de guerra era un pueblo a pequeña escala protegido por murallas, donde se refugiaban las personas y sus animales.

      Pronto los Caballeros empezaron a hacer Castillos de piedra. Dependiendo de la importancia del señor feudal era la construcción o ampliación del Castillo.

      La mayoría de los Castillos estaban situados encima de una montaña rodeada de pantanos, o bien era una isla. Alrededor de las murallas había grandes surcos, que se llamaban fosos. Y estos fosos, podía llenarse de agua para evitar la invasión del enemigo. Los Castillos tenían grandes torres llamadas almenas.

      Las murallas exteriores de los Castillos tenían de seis a diez metros de espesor. En ellas había pequeñas ventanas, desde las cuales los defensores del Castillo podían disparar sus armas. En toda la parte superior del muro había un pasillo, llamado plataforma.

      En la mayoría de los Castillos feudales había una Iglesia. La gran torre en los Castillos es llamado Alcázar. Sí los atacantes atravesaban las murallas, entonces el alcázar era el último refugio; ahí guardaban provisiones, y había un pozo de agua.



En el centro del patio estaba el edificio principal del Castillo. Ahí  comía y recibía el Señor Feudal. Este espacio era llamado el "gran salón", era la estancia más amplia y agitada. Durante los grandes banquetes había trovadores, juglares que tocaban música, contaban aventuras de Caballeros o cantaban canciones de amor.
      En el centro del patio estaba el edificio principal del Castillo. Ahí  comía y recibía el Señor Feudal. Este espacio era llamado el "gran salón", era la estancia más amplia y agitada. Durante los grandes banquetes había trovadores, juglares que tocaban música, contaban aventuras de Caballeros o cantaban canciones de amor.

Organización del a Sociedad feudal


El rey se encontraba en la cúspide de la sociedad feudal y eran considerados representantes de dios en la Tierra. Era considerado un primus inter pares (primero entre iguales). El rey tenía una serie de atribuciones específicas:


1- Dirigir campañas militares, a las que debían acudir sus vasallos (mesnadas).
2- Pedir impuestos en caso de guerras, coronaciones, bodas, etc.
3- Ejercer de juez supremo en plietos aunque no podía interferir en los feudos de sus nobles, o en la Iglesia.



La nobleza
Todos los nobles no eran igual de poderosos. La guerra era la principal actividad de los caballeros. Luchaban a caballo y sus armas eran la lanza, el escudo y la maza. En épocas de paz, realizaban cacerías, torneos y justas, para divertirse y entrenarse en el combate. Los hijos de los nobles empezaban su educación militar desde que eran niños. De pequeños servían como pajes y escuderos de un noble importante, con el que aprendían las distintas técnicas del combate. Cuando llegaban a la mayoría de edad pasaban a ser caballeros tras una ceremonia específica. En caso de guerra, el rey convocaba a los caballeros y les pedía ayuda militar. Los caballeros y sus vasallos acudían con sus tropas y formaban una mesnada. Cuando la guerra terminaba, todos los nobles volvían a sus feudos.

En ocasiones, los caballeros luchaban entre sí para hacerse con las tierras del otro.


Vestimenta del caballero

Las armaduras fueron un objeto imprescindible para los caballeros medievales, el elemento que les protegía de los ataques de sus enemigos. Los maestros armeros, que se organizaban en gremios, eran los encargados de fabricarlas.


Durante muchos siglos, la cota de malla fue el elemento que protegía a los guerreros. Pero en la Edad Media comenzó a ser sustituida por la armadura, mucho más eficaz, lo que tuvo como resultado un extraordinario desarrollo del arte de los armeros. El oficio de armero es muy antiguo y alcanzó gran desarrollo ya en el Imperio Romano. La época de las armaduras va aproximadamente de 1340 a 1650, aunque a partir de 1560 empezaron a dejar de fabricarse. El motivo es que, con objeto de lograr la protección adecuada contra la creciente eficacia de las armas de fuego, las armaduras de hierro se hicieron más y más gruesas hasta llegar a ser tan pesadas que se hizo imposible su uso.

La vestimenta de caballo

Ya conocemos las armaduras de los caballeros hechas de hierro y que apenas les permitían andar, pero ¿cómo era la armadura del caballo?
Para los torneos los caballos lucían la misma armadura que durante la guerra. Primero se vestía al corcel con armaduras de cuero luego se les añadía una malla. Finalmente se colocaban unas placas de hierro en lugares estratégicos como: la cabeza con la testera, el cuello con la capizana, la pechera que era de donde colgaban los emblemas heráldicos, los costados con las flanqueras, la grupa con las bardas y el arzón que era una pieza que se unía a la silla para resguardar los genitales del caballero. Las patas quedaban al descubierto para permitir la movilidad del animal, por lo que se convertían en el punto débil de caballo y caballero.


Armas de un caballero.

Arco grande: Era un arqueamiento mecánico de acero corto que tiraba flechas pequeñas. Tomaba un tiempo largo para cargarlo. Esta arma podía tirar docenas de flechas. Prohibida por la iglesia, la mayoría de los caballeros la consideraban una arma que deshornaba, pero algunos soldados la utilizaron dé todos modos. Guillermo tuvo que tirar a una manzana sobre la cabeza de su hijo como castigo para no ser leal a la corte austríaca. Él tuvo éxito.
Arco largo - Era un arqueamiento grande bajo gran tensión que era difícil de dominar, pero podría lanzar flechas mortales hasta 100 yardas. Los ingleses la utilizaron para derrotar a los franceses en la batalla de Crecy (1346) a pesar de ser excedido en número 4 a 1.
Arco común: El arqueamiento más común que se encontrará en Europa, tiene un rango y una exactitud limitada, y se utilizaba lo más a menudo para la caza, que para la guerra.
Armas de mano.
Maza - Es una bola pesada claveteada asociada directamente a una manija. Rompían al enemigo, vino en las versiones del lacayo (de largo mango) y del jinete (corto-dirigido).
Espada - La arma más común para luchar mano-a-mano del caballero, era una lámina templada del acero que tiene aproximadamente 1, 20 de longitud. Bendecida por el sacerdote, la espada era generalmente el arma preferida de un caballero. La espada preferida de Cid, Tizona, fue enterrada con él. La espada era más que una arma, porque la lámina y el hilt formaban la muestra sagrada de la cruz. La espada más común era la broadsword. Esta arma de doble filo era de 30 " a 42" pies en longitud, pero solamente 3 a 4 libras pesadas. Así un caballero podría manejarla ágilmente en una batalla. Una espada más grande era la espada híbrida, pero que costaba su traslado y uso.

Armas del personal

Lanza - La segunda arma preferida de un caballero, fue hecha de hierro. La rectitud de la lanza simbolizó verdad al caballero, y su cabeza del hierro, fuerza. La arma más vieja del personal fue utilizada generalmente para empujar o tirar al enemigo de su caballo. Los postes eran cerca de 3 Mt de longitud y rematados con una punta de lanza que sería un triángulo.
Lucio – Era una arma suiza que servia para defenderse de los caballeros: 5 metros de largo. La utilizaban para a herir a los caballos.

Armas de sitio

Catapulta – Era una máquina para arrojar grande rocas contra las paredes de los castillos. Una taza o una red masiva es llevada a cabo bajo gran tensión por una cuerda o un encadenamiento fuerte. La tensión se afloja mecánicamente y la taza arroja su contenido de la roca, o de basura, o de vacas muertas, o del fuego griego, este fuego era muy difícil de apagar.
Torre de ataque – Era una estructura de madera sobre ruedas que era para atacar a los castillos. Durante el intento de los Moros a recuperar Valencia intentaron utilizar vanamente esta arma.



El código de caballería.
Durante la ceremonia el aspirante solía prestar juramento de ser valiente, leal y cortés, así como proteger a los indefensos.


Ideales:
Valor: Los caballeros deben soportar sacrificios personales para servir los ideales y a las personas necesitadas. Esto implica el elegir mantener verdad a toda costa.


Defensa: Los caballeros juraban cuando eran ascendidas, defender a sus señores y señoras, a sus familias, a su nación, a las viudas y a los huérfanos, y a la Iglesia. En la defensa de estos ideales e individuos.


Fe: Los caballeros que tenían una fuerte fe en Dios les permitía llevar a cabo toda una vida de sacrificios y tentaciones, dándoles raíces y esperanza fuertes contra los malvados del mundo.


Humildad: los caballeros humildes eran los primeros en decir a las otras personas cuando llevaban a cabo hechos de gran heroicidad, dándoles el honor que merecen de sus buenos hechos. Y dejando o otros que los feliciten por sus propios hechos y estos los ofrece a Dios. Esta es una de las características más sobresalientes de un caballero.

Justicia: Para los caballeros era muy importante buscar la verdad sobre todo, los caballeros no buscaban su beneficio personal. La justicia sin templar por misericordia puede traer pena, sin embargo. La justicia buscada por los caballeros sin la flexión a la tentación era la utilizada por ellos.

Generosidad: La generosidad era una característica de un caballero. Para contradecir la debilidad de la avaricia, los caballeros eran tan abundantes como sus recursos permitirían. Un caballero generoso puede recorrer mejor la línea entre la misericordia y la justicia fría.


Templanza: El caballero debía estar acostumbrado a comer y beber con moderación. Además el caballero debe ser moderado con sus riquezas, esto no significaba abstenerse de ellas sino, no utilizarlas vanamente. Sin templanza no se podía mantener el honor de la caballería. El caballero debía contenerse de sus apetitos sexuales.

Lealtad: Los buenos caballeros juraban defender fervientemente sus ideales, a la Iglesia y a sus señores, ellos darían su vida por defenderlos.


Nobleza: La nobleza es el principio de la cortesía. Y los caballeros debían así ser corteses, honrados, estimables, generosos e ilustres equitativos a todos mientras que desarrollaron y mantuvieran un carácter noble con los ideales de la caballería. Un caballero es por siempre un ejemplo a seguir.

Los caballeros también poseían mandamientos inquebrantables:


  • Creer en todo lo que la iglesia enseñe y observar todos sus mandamientos.
  • Proteger a la iglesia.
  • Tendrás respeto por sus debilidades, las defenderás.
  • Amaras el país en que naciste
  • No retrocederás ante el enemigo
  • Harás a los infieles una guerra sin cuarteles.
  • Cumplirás tus deberes feudales si no contradice la ley de Dios.
  • No mentiras y serás fiel a tu palabra.
  • Serás generoso.
  • Mantendrás el bien frente a la injusticia y el mal.


Las Damas.





La función fundamental de las mujeres nobles era casarse y tener hijos que aseguraran la permanencia del linaje. Los matrimonios eran concertados por los padres de los novios, a veces cuando estos tenían solo unos pocos años. Las que permanecían solteras ingresaban en monasterios.
Las mujeres dirigían las labores de los sirvientes, educaban a los hijos más pequeños y bordaban y tejían. Rara vez salían del castillo. Las mujeres nobles estaban sometidas completamente al marido, al que no podían desobedecer.
La alimentación de los nobles.
Se diferenciaba claramente de la de los demás grupos sociales por el mayor consumo de carne y su aderezo con especias como el azafrán, la canela o la pimienta, que tenían un precio elevado. Los alimentos se depositaban en escudillas, se partían con cuchillo y se tomaban con la mano o con cucharas.

La vida del campesino
En primer lugar hablaremos del feudo.

En cada feudo había un castillo, que era la residencia del señor, varias aldeas, en las que vivía el señor, y tierras de cultivo, pastos y bosques. Las tierras se dividian en la reserva y los mansos.
La reserva era la parte de la tierra explotaba por le propio señor. Los cultivos que se obtenían en ella pertenecía en su totalidad al señor.
Los mansos, era la tierra que le señor concedía a los campesinos para su sustenso. A cambio de estas tierras los campesinos tenían que pagar al señor unas rentas. ejemp: dinero, productos o servicios personales.
Los bosques, que eran propiedad exclusiva del señor. Y cuando los campesinos querían cazar o buscar leña en él debían pedir permiso o pagar un impuesto. En sus feudos los señores impartían justicia y cobraban impuestos. Además, los señores cobraban impuestos a los comerciantes cuando atravesaban sus dominios (peaje) y cuando cruzaban los puentes (pontazgo).
Los señores cobraban rentas diferentes a los campesionos, por ejemplo una parte de la cosecha, determinados frutos o animales (cerdos, pavos,etc) entregados una vez al año, días de trabajo obligatorio en las tierras del señor (corveas) y pequeños pagos por usar el horno, el molino, la herrería, etc.

Los campesinos evidentemente vivían en el Feudo en pequeñas aldeas y en casas humildes. Representaban el 90% de la población. Muy pocos eran propietarios de sus tierras. La mayoría vivía en el feudo y trabajaban las tierras del señor. Se dividían entre siervos y libres: 
Los siervos. Estaban sometidos completamente a la autoridad del señor. no podían abandonar el feudo, ni casarse sin su permiso, trabajaban gratuitamente para el señor. A cambio el señor los mantenía y alimentaba. Su condición social pasaba de padres a hijos.
Los campesinos libres por el contrario sí podían abandonar el feudo y decidían sus actos personales. Trabajaban en los mansos del señorío pagando a cambio unas rentas al señor y el diezmo a la iglesia.
La aldea medieval
La aldea medieval no fue una mera continuación de las aldeas y poblados anteriores, sino una nueva forma de poblamiento y organización de la vida rural que se desarrolló en Europa a partir del año 1000. Los campesinos, que hasta entonces vivían dispersos en casas aisladas en medio de los campos de labor o se desplazaban frecuentemente de un lugar a otro, se concentraron en aldeas agrupadas en torno a un castillo, una torre o una iglesia parroquial.
La residencia común en un mismo núcleo, el aprovechamiento colectivo del término comunitario, la dependencia de un mismo señor y la pertenencia a una misma parroquia contribuían a reforzar los lazos de unión y solidaridad entre los aldeanos. Pero también el señor se beneficiaba de un aprovechamiento más intenso de las tierras cultivadas y de un mayor control de la población.

La vivienda campesina.
Sus viviendas eran muy pobres, hechas de adobe, madera y cañas. Tenían una sóla habitación en la que toda la familia comía y dormía.
Los campesinos eran autosuficientes, producían todo lo que necesitaban, se alimentaban con lo que cultivaban y se vestían con la ropa que tejían las mujeres.
El trabajo en el campo era muy duro. Toda la familia, incluidos niños y ancianos, trabajaban de sol a sol con herramientas muy rudimentarias. Como no tenían abonos, cada año cultivaban solo la mitad de la parcela. La otra mitad se dejaba en barbecho, es decir sin cultivar, para que la tierra recuperase su fertilidad. Esto provocaban que la producción agrícola fuese muy baja.
Cultivaban principalmente cereales (trigo, centeno, cebada), legumbres (judías, lentejas, garbanzos), hortalizas, vides y frutales. Los de mejor posición podían criar algún animal como gallinas, corderos, cerdos o terneros.
El trabajo del campo

El trabajo en el campo era muy duro. Toda la familia campesina (hombres y mujeres, niños y ancianos) trabajaba de sol a sol con herramientas muy rudimentarias: hoces, guadañas, azadas y arados romanos.
Los campos solían estar dispuestos en anillos concéntricos en torno a la aldea. En un primer anillo, inmediato a las casas, se situaban los pequeños huertos familiares, cuyas frutas y hortalizas completaban la dieta alimenticia. Más allá, en un segundo círculo, se extendían los viñedos, los olivares y, sobre todo, los campos de cereal. Finalmente, los límites del término ya correspondían al dominio del bosque, una despensa de frutas y animales.
Solo los más ricos disponían de bueyes y caballos para tirar del arado y remover mejor la tierra. Los más pobres lo hacían con azadas y palas. Además, como disponían de poco abono, tan solo aquel que proporcionaba el ganado, era necesario dejar descansar la tierra. Cada año se cultivaba solo la mitad de la parcela y la otra mitad se dejaba en barbecho, es decir, sin cultivar, para que la tierra descansara y recuperara su fertilidad. Por todo ello, los rendimientos eran muy bajos.


La dieta campesina.
Los glúcidos se tomaban en cantidad abusiva, de los cuales la totalidad eran cereales y leguminosas, el cereal (centeno y cebada en la mesa campesina) se consumía en pan y, sobre todo, cocinado como gachas. Se tomaban potajes de legumbres y, entre las verduras, predominaban el nabo, la cebolla y la berza. La carne era un alimento de clases privilegiadas, el labriego la comía en contadas ocasiones, principalmente de cordero y de cerdo, se consumía fresca en época de matanza y el resto del año ahumada o en salazón, la mayor parte de las veces, en no muy buenas condiciones. El pescado se consideraba un alimento para enfermos, débiles, etc., y solo se consumía durante la Cuaresma. El vino era uno de los pocos lujos permitidos al campesino, lo tomaba mezclado con miel y especias y, a menudo, cocido. También bebía cerveza, a la que se añadió lúpulo a partir de la Plena Edad Media. Ambas bebidas les proporcionaban buena parte de las calorías que consumían diariamente.




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